Conoce a Ricardo

Quién fue y es Ricardo?

Un niño feliz, intrépido y travieso.

Creció en un pueblo en el que los niños podían dejar volar su imaginación, donde una bicicleta era su valeroso caballo y el balcón de su casa una nave con la que paseaba por el espacio.

Él era decidido, tanto, que siempre tenía grupos de amigos, en la escuela y en el barrio dispuestos a seguirle en cualquier travesura, su carácter independiente y audaz le ayudo en más de una ocasión a salir airoso de situaciones conflictivas típicas de niños.

Ricardo es el segundo de tres hermanos, Bettina, la hermana mayor y su mejor amiga de la infancia. Hector 5 años menor, un gran amigo y compañero de vida y trabajo. Luego está Gerardo por él que tiene cierta debilidad será que le lleva 13 años. Todos ellos son hijos de Yiya y Roberto, padres amorosos.

 

El mayor tesoro

“Mis padres son nuestro mayor tesoro, nos enseñaron el valor de una familia, con su ejemplo diario.”

De todos los recuerdos afectuosos que Ricardo guarda de su infancia, uno sobresale por encima del resto, su abuela materna. “Mi abuela Rosa fue un sol inspirador en mi vida, siempre hablaba conmigo dándome reconocimiento y valoración, ella me inspiró seguridad y determinación. Sabía estar en cada detalle y me imprimía disciplina, cuando estaba mal recibía su clara sanción… un varillazo en las canillas”.

 

Cambio de normas, costumbres y personas

Pasar de la escuela primaria a la secundaria fue un cambio significativo para él ya que venía de un colegio religioso con reglas específicas y en aquel momento pasó a la bendita escuela pública con otras normas, costumbres y personas. Pronto se hizo de compañeros y amigos que hasta el día de hoy disfruta de momentos con ellos.

“Todavía recuerdo el paso por la secundaria, fue emblemático, en la primara era reconocido por mi indisciplina, en la secundaria me hice un espacio con dedicación y esfuerzo, me empecé a destacar por mis buenas calificaciones, me gané el respeto y la valoración de los profesores. Me hicieron muy bien las distinciones y reconocimientos que recibí en aquella época, fueron inspiradores y motivadores para mí.”

Aunque la secundaria no solo le dejo buenos recuerdos a nivel académico a Ricardo, sino que allí conoció al amor de su vida, Patricia, con quién comenzó su noviazgo. Ella fue quién le ayudo a descubrir el amor por el prójimo involucrándolo en misiones y ayuda a familias carenciadas. Allí tuvo la oportunidad de conocer a gente maravillosa con las que aún mantiene vínculos.

 

Nuevo nivel de estudios

La universidad fue un gran cambio, en todo aspecto ya que el vivía en el interior de la provincia y la universidad quedaba en el departamento capital. “En principio fue doloroso alejarme de mi familia con 18 años, pero eso me sirvió mucho, tenía que manejarme sólo, hasta entonces no sabía ni hacer un huevo frito”.

La diferencia de nivel en los estudios con los alumnos de la capital era clara y notoria. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para estar a la altura de las exigencias. “No me daría por vencido busque profesores de apoyo y estudiaba desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche. Duro no, durísimo, pero finalmente tuve éxito y logré regularizar todas las materias del primer año de Ciencias Económicas.”

 

La gran noticia

Años más tarde, mientras avanzaba en sus estudios, Patricia con quien ya tenían planes para formar familia, le dió una gran noticia, iba a ser papá. Allí se apoyaron con la ayuda de sus padres se casaron y se radicaron en San Miguel de Tucumán. “Patricia ya era docente, tenía 23 años al igual que yo. No fue fácil, aún me faltaba un par de años para recibirme y tenía que trabajar para colaborar con los ingresos de mi mujer”.

En aquel momento la situación se presentaba complicada, se haría difícil terminar los estudios, trabajando y estudiando al mismo tiempo. “Yo para mis adentros estaba convencido que lo lograría, me llevó 3 años y finalmente conseguí mi objetivo y me gradué de Contador y a los pocos meses pasé de mi trabajo de auxiliar contable en un estudio pequeño, a ser Contador Junior en un estudio de renombre, con firma internacional. Ese fue un momento glorioso para mi, sentí que había enderezado el barco y seguiría por buen rumbo”.

 

Su aspiración y descubrimiento

El maravilloso valor del factor humano, los procesos y la comunicación.

Luego de unos años de nutrida experiencia profesional como auditor de grandes compañías nacionales e internacionales, Ricardo decide incursionar en la faz ejecutiva de la empresa y se incorpora como Gerente Administrativo en una empresa familiar radicada en Tucumán, pero con actividad en varias provincias.

Su aspiración por desarrollarse lo mantuvieron estudiando y en 1999 se gradúa de su Maestría en Dirección de Empresas, esto tuvo un gran impacto para él, “dejé de ver a la empresa cómo números e índices y descubrí el maravilloso valor del factor humano, los procesos y la comunicación.”

Esto le ayudó mucho a potenciar su desempeño profesional y seguiría preparándose en otras disciplinas como PNL, Coaching, Comunicación, etc.
En tanto siguió trabajando como ejecutivo de empresas, donde desarrolló funciones de Administración, Finanzas y Comercialización.

En aquel momento la situación se presentaba complicada, se haría difícil terminar los estudios, trabajando y estudiando al mismo tiempo. “Yo para mis adentros estaba convencido que lo lograría, me llevó 3 años y finalmente conseguí mi objetivo y me gradué de Contador y a los pocos meses pasé de mi trabajo de auxiliar contable en un estudio pequeño, a ser Contador Junior en un estudio de renombre, con firma internacional. Ese fue un momento glorioso para mi, sentí que había enderezado el barco y seguiría por buen rumbo”.

Inicio de especialización

En 2001 creó la consultora GEVA Grupo Profesional junto a su hermano Hector.

Allí se dedicó a realizar trabajos de auditoría, consultoría y capacitación in Company. Su desempeño en el ámbito organizacional le permitió tomar contacto con las problemáticas habituales que encuentran las personas consigo mismas y con otras, al interactuar en sus labores. Esto lo llevó a especializarse como facilitador de procesos de cambio y transformación individual y grupal.

En su actividad se reunía a diario con directivos, gerentes de ventas y equipos, donde poco a poco descubrió que la gran mayoría no eran felices.

Algunos se quejaban de que su gente no llegaba a los objetivos, otros que no estaban motivados y lo más grave, sus vidas personales eran un trastorno pues, habían perdido su equilibrio emocional. Entonces Ricardo con más de 10 años de experiencias en consultorio se animó a integrar en sus prácticas con clientes, distintas herramientas y ejercicios con base en distintas disciplinas, desde filosofía a espiritualidad (“no religión” aclara).

GPS Emocional

GPS Emocional es un modelo holístico que ayuda a las personas a encontrar su propia manera de conectar con lo que les hace realmente bien, darse cuenta de los obstáculos que crean y cambiar lo que desean, definir con claridad sus metas y elegir el camino para conseguirlas.

Actualmente Ricardo sigue desempeñándose como consultor de empresas y además trabaja con personas y grupos comprometidos con realizar un cambio transformacional en sus vidas que les permita alcanzar el equilibrio y la realización que desean.