¿Por qué nos es tan Difícil Cambiar?

En esta experiencia humana si algo es seguro es que estamos cambiando todo el tiempo. Considerando la apariencia física, esta es una afirmación irrefutable, no hay nada que agregar al respecto vasta con comparar una foto nuestra de un par de años atrás con una actual, algunos más y otros menos los cambios están. Entonces si el cambio forma parte de nuestra naturaleza que hace que nos resulte tan difícil llevarlo a cabo en cuestiones del comportamiento, la personalidad, las relaciones o las experiencias que vivimos.

En los años que vengo trabajando con procesos de cambio, he constatado sufrimiento y dolor que las personas tienen al vivir una y otra vez las mismas situaciones, hay una profunda frustración de no lograr lo que se propusieron y cierto enojo consigo mismas por ello, aparece en expresiones como “lo que pasa es que yo siempre fui así”, “yo no puedo hacer esto”, “entiendo que otro lo haga, pero yo no”.
Conocerse así mismo parece una consigna trillada y antigua, sin embargo es un paso necesario para llevar a cabo un cambio personal.
Desde hace un tiempo los estudios en neurociencias nos traen luz sobre este fenómeno, así sabemos que, en nuestra configuración biológica, cada individuo diseñas un particular modo de procesar lo que percibimos del mundo, las sinapsis, los pensamientos y las emociones con que estos se vinculan tienen una determinada tendencia y generan una dinámica propia e individual de cada persona. Esa manera particular de funcionar que cada uno ha desarrollado en su cerebro, tiene rasgos genéticos o heredados y también rasgos culturales o aprendidos. Todo esto nos predispone y nos direcciona vivir y revivir ciertas experiencias y hacerlo de un modo particular, allí aparecen también las adicciones emocionales, esto es: nos habituamos a sentir, crear y consumir cierto tipo de emociones vinculadas con nuestra particular forma de ser, melancolía, tristeza, angustia, entusiasmo, excitación, Etc. No importa si estas son funcionales o benéficas para nosotros, como si se trata de emociones disfuncionales o perjudiciales para nuestro equilibrio armónico.
Es fundamental el trabajo de conocimiento personal, identificar tus luces y tus sombras, esas particularidades propias que hacen tu marca personal, reconocerlas, entenderlas y aceptarlas abren una posibilidad cierta de cambio que siempre está en tus manos.